lunes, 31 de mayo de 2010

¿Verano? ¿Por que demonios le esperamos tanto?


Yo espero tanto el verano, que nada más llegar me desilusiona. Tres estaciones esperándolo y siempre pensamos en el calorcito, las vacaciones, la maravillosa piscina, la playa, el descanso...
Todo un lujo, ¿pero verdaderamente nos gusta el verano?
Yo, apasionada del frío glacial del bosque cubierto de nieve, de andar un sábado sin ninguna alma en el campo, cantar en prados de flores un día lluvioso sin que nadie se percate y comer un helado de mango delante de una chimenea, siento que el verano no es para mí.
Mis razones son muy importantes si vives en una ciudad en el centro de España llamada Madrid. Si vivís en un lugar que este alejado de Madrid, quedaros allí. En verano, todo es calor, si ese calor que siempre deseamos en invierno pero que en verdad es como un horno. Ese odioso calor en una habitación pequeña con 24 personas y con esa gotita pegajosa y salada de agua cayéndote de la frente y otras desagradables partes del cuerpo, el calor es horrendo. Sobre todo si tienes a un desconsiderado chico sin desodorante al lado.
Lugo esta el tema que sin piscina en Madrid sabrás lo que es desear estar metido en el agua hasta que te salga por los oídos. Ese es mi caso y deseo por todo el medio posible que mi casa fuero lo bastante grande para tener una piscina. Casi lo mismo pasa con los helados que te dejan la cabeza muy fría y dolorida pero todavía tendrás mucho calor.
Y aunque este no sea mi caso (gracias a los dioses) las personas que se quedan en casa todo el verano estudiando con un ventilador que te dirán que da frío pero lo único que te dará será aire caliente ya que es como una batidora y solo remueve el aire.
Y ahora, lo único que despierta mi gran humor es la canción (que vereís arriba, si, la de Corrine Bailey Rae) que siempre oigo en verano en un columpio que me mata (demasiado calor.... SOS...) y que está en pleno sol. Amo que este cerca de un río, ¡al agua patos!

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